Crónica
de un Ironman
Dos
años después de debutar en mi primer triatlón, el Ironcat de 2010, y después de
9 meses de duros entrenamientos para volver a repetir aquella experiencia
inolvidable, llegó el gran día: sábado 12 de mayo de 2012, a por mi 2º Ironcat.
Me
levanto el sábado a las 4:45 a.m. (hora que no existe para mí), me visto y voy
a llamar a Javi y a Vicente para irnos a desayunar. Bajamos y como no tengo
demasiada hambre apenas me como un trocito de pan con Jamón York y un vaso de
zumo de naranja.
Volvemos
a las habitaciones, recogemos el material y nos dirigimos hacia los boxes
siendo todavía de noche.
A
las 6:00 a.m. estamos soltando las bicicletas, comprobando que todo el material
está listo, nos enfundamos los trajes de pingüinos y nos acercamos a la playa
para esperar la salida.
Las
7:00 a.m. y…… salimos. El agua está estupenda. Bastante caliente para la época
del año y muy calmada. Me pongo a nadar muy cómodo. Sin el estrés de Marbella
con 700 personas pegándote por todos lados y cuando me quiero dar cuenta estoy fuera del agua en 1h 9min 55seg
Me
dirijo rápidamente a por la bici y me encuentro a Javi listo para salir con la
bici (él ha salido casi 3 min delante de mi) me cambio y salgo muy contento y con muchas
fuerzas.
En
la bici voy muy cómodo, ya que apenas hace viento, y a muy buen ritmo. Me voy
cruzando con Javi y le voy diciendo que voy muy muy bien. Pasamos el kilómetro
90 y le digo que voy muy bien (estamos rodando a 33,2 km/h de media)
pero……………..
Ahora
empieza la verdadera dureza:
Me
empieza a doler la rodilla (primero la derecha) que no me deja pedalear bien.
No puedo apoyar el pie, me molesta mucho y tengo que ir sacándolo del pedal
para estirar. Me empieza doler el cuello de no apoyarme bien en el acople por
la nueva postura. Mi cabeza empieza a decir: “ME VOY A RETIRAR, ME VOY A
RETIRAR”. Me vuelvo a cruzar con Javi y me pregunta y le digo que voy muy muy
mal y que no voy a poder ni terminar: “de eso nada”, me dice.
Sigo
con un dolor insoportable durante esos 90 kilómetros pero al final consigo
terminar la bicicleta: 5h 45min 42 seg, es decir, a una media de 31 km/h (muy
contento por como he sido capaz de mantenerme encima de la bici a pesar del
dolor).
Con
la sensación de euforia de haber conseguido llegar con la bici me cambio y me
pongo a correr la maratón (el segundo calvario):
Salgo
a correr, con 35º de temperatura a las 14:10 de la tarde, y como parece que la
rodilla no me molesta demasiado y me encuentro con fuerzas salgo al ritmo
previsto de 5 min/km. Voy bien, voy bien, no me molesta la rodilla pero a
partir del km 4 otra vez “las rodillas” (y ahora en plural). Se me quedan
rígidas y tengo que ir como los muñequitos de playmobyl.
Así
que cambiamos de nuevo de estrategia. Ahora toca un ratito a pie y otro
caminando. Sin embargo, cada vez que se me aliviaba un poco el dolor, otra vez
a la carga, corría 500 o 600m y me tenía que volver a parar, corría y me volvía
a parar. Y así estuve hasta el infinito y más allá. La maratón se me hizo interminable.
Gracias a que Javi y Vicente me iban animando y diciéndome que estuviera
tranquilo y que aunque fuera andando despacito que siguiera y llegué en 4h 34
min 05 seg.
Al
final me planté en la meta en 11h 38min 02seg para realizar mi segundo Ironcat.
Para
terminar, llegan los agradecimientos:
-
A mi
compañero Niki y al club Triatlón Torre del Mar por ayudarme a iniciarme en
todo esto.
-
Al
Club Nerja de Atletismo por la compañía y por la paciencia de aguantarme en los
entrenamientos.
-
A mis
insuperables HIMATs (Javi, Nando, AL,…….., y tantos otros) que desde que los
conozco se ha hecho un hueco en mi vida como compañeros y amigos.
Y
como no, a la persona que más me aguanta, sufre las consecuencias de mis
entrenamientos y, aún así, sigue dándome todo el apoyo para que haga mis
locuras: La
niña de mis ojos, la más bonita para mí, y que sin ella no podría estar:
MÓNICA
P.D.
Las fotos otro día………….
HASTA
LA PRÓXIMA DE MIS LOCURAS…..............(en breve)